domingo. 23.03.2025
UNA VIEJA ASPIRACIÓN

Ceuta como Comunidad Autónoma, una decisión de los ceutíes

/ José Carbonell - Escritor y analista de actualidad

/ Ceuta, con una población de alrededor de 85.000 habitantes, es una ciudad con una rica historia y una cultura diversa

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Ceuta, actualmente una ciudad autónoma, ha sido -y es- históricamente un enclave estratégico con una identidad única. El debate sobre si Ceuta debería convertirse en una comunidad autónoma debería de cobrar más fuerza. Sin embargo, la pregunta clave es: ¿Quién tiene que decidir? ¿Los ceutíes, a través de un proceso democrático, o los políticos, cuyas decisiones a menudo por no decir siempre están influenciadas por intereses espurios?

Ceuta, con una población de alrededor de 85.000 habitantes, es una ciudad con una rica historia y una cultura diversa. A pesar de sus estatus de ciudad autónoma, muchos ceutíes sienten que su voz no es suficiente escuchada en las decisiones que afectan a su futuro. La posibilidad de convertirse en comunidad autónoma es vista por muchos como una forma de ganar mayor autonomía y control sobre sus propios asuntos. Ser una comunidad autónoma permitiría a nuestra ciudad tener más herramientas para gestionar nuestros recursos y necesidades.

Sin embargo, el camino hacia la autonomía plena está no exenta de controversia. Los partidos políticos, tanto a nivel local como nacional, están mostrando posturas divergentes sobre este tema. El problema es que muchos políticos ven este debate como algo que no les interesa ya que dejarían de tener el control absoluto sobre la ciudad. La verdad solo tiene un camino y es que la decisión de que Ceuta sea comunidad autónoma la tienen que tomar los propios ceutíes, a través de un proceso democrático y transparente. Ya que ellos mismos son los que conocen de primera mano sus necesidades y aspiraciones. No se debe permitir que los políticos decidan por nosotros, especialmente cuando sus intereses no coinciden con la mayoría de la ciudadanía.

Se debe de llevar a cabo un referéndum consultivo, es la forma más democrática de abordar esta cuestión. También hay que decir que este proceso no es sencillo, ya que Ceuta tendría que enfrentar desafíos económicos, administrativos y políticos. La ciudad no puede ni debe depender en gran medida de las transferencias del Estado central, y su economía, basada en el comercio transfronterizo y el turismo, siendo vulnerable a fluctuaciones externas como ya se está viendo.

Tener autonomía plena puede ofrecer nuevas oportunidades, por ello es hora de que los políticos empiecen a mover ficha. Ceuta tiene una identidad única y unas necesidades específicas que merecen ser atendidas. Sea cual sea el camino que se elija, lo importante es que los propios ceutíes tengan la última palabra.

El Estatuto de autonomía aprobado en 1995 fue un hito en su momento al recoger la singularidad de la ciudad y otorgarle un mayor grado de autogobierno, sin embargo, este marco legal a día de hoy es insuficiente para abordar los desafíos actuales. Ceuta necesita un marco jurídico que refleje la realidad actual y permita a la ciudad avanzar. Ceuta ha experimentado cambios muy significativos en los últimos años y esta pandemia pasada lo ha demostrado, desde un aumento de la población hasta su transformación económica, basada en un comercio transfronterizo, su estatuto no ha evolucionado al mismo ritmo, lo que está limitando su capacidad para la toma de decisiones clave en áreas como la fiscalidad la gestión de los recursos o las políticas sociales.

No tiene sentido alguno que las decisiones que afectan directamente a los ceutíes se tomen en Madrid, sin tener en cuenta la realidad especifica de esta gran ciudad.

Ceuta como Comunidad Autónoma, una decisión de los ceutíes